sábado, 30 de agosto de 2008

Si que renuncien!...

“Si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien: no sigan ocupando las oficinas de gobierno; no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada, que eso también es corrupción”.
Alejandro Martí.
Así lo dijo Alejandro Martí en la reunión del consejo de seguridad de la república simulada, así se los dijo a los órganos de poder (del no poder), les dijo lo que todos quisieramos decirles a las autoridades, mejor renuncien y dejen de seguir simulando que trabajan y seguir simulando que combaten al crimen organizado con la fuerza del estado desorganizado.
Las palabras de Alejandro Martí, para algunos fueron tomadas como un reto (por muy pocos), otros solo lo vieron como una oportunidad de sacar raja política como el Sr. Ebrad, para otros como "estridente" Beatriz Paredes (olvidandose de los Ulises Ruíz, de los Marín, etc), y para la mayoría ahí presente como algo inaceptable, olvidandoseles que lo que ahi se dijo es lo que todos queríamos escuchar y lo que todos hubiéramos querido decirles de frente.
Ahora escucho que hoy se realizara una marcha Iluminemos México, donde seguramente en convocatoria sera un éxito. Esta marcha me hace hacerme muchas preguntas, ¿realmete lograremos algo?¿quien hace la convocatoria?¿por que esta vez los medios electrónicos si le están dando seguimiento?¿por que esta vez si la apoyan?¿quien o quienes después de la marcha se colgaran la medalla de la convocatoria y buscaran algún beneficio en la política?¿quienes colgaron las narco mantas que hasta en mi ciudad colgaron?¿que ahora existe un señor de las mantas?.
En México nos estamos acostumbrando a una atrocidad terrible, a otra atrocidad terrible, a otra atrocidad terrible, estamos perdiendo la capacidad de asombro de lo que pasa en este país, que es gobernado por gente del pasado cuando lo que necesitamos son gente con una visión de un futuro promisorio.

viernes, 8 de agosto de 2008

Solución...

Hoy que el debate de la pena de muerte esta en la mesa del debate nacional, derivado esto del secuestro del joven Martí el cual en lo personal me ha llamado mucho la atención y hacerme la pregunta en que país estamos. Un país en donde las autoridades han sido rebasados por el crimen organizado y en todas las instituciones existe en menor o mayor grado la corrupción.
Ahora también se sabe que se pagó el secuestro, pero los mismos policías quienes son encargados de protegernos fueron los que literalmente se robaron el dinero del rescate, por lo que los secuestradores nunca recibieron el pago acordado ergo el final del joven Martí.
Pero sera la pena de muerte la solución a esta serie de crímenes, sera la solución para que a los ciudadanos de bien nos devuelvan la libertad que poco a poco el crimen organizado nos ha ido quitando...desde mi punto de vista no lo creo, no mientras nuestras policías sigan tan hundidas en la corrupción, mientras nuestro sistema legal sea tan vulnerable, y además de que por ejemplo en Estados Unidos donde existe la pena de muerte esto no ha sido la respuesta para disminuir los crimenes en esa nación.
Y que decir que en cuanto van a ejecutar a algún criminal empiezan las protestas de los defensores de los derechos humanos como se ha vio en este ultimo mes por intentar evitar la ejecución de alguien que nació en territorio mexicano, un señor de apellido Medellín.
Entiendo el argumento de que el hombre no es Dios para matar a su semejante, pero también como defender a un criminal como este. Basta con recordar un extracto del testimonio de los familiares de las dos niñas (Jennifer Ertman y Elizabeth Peña, 14 y 16 años) violadas y asesinadas en 1993 por ese señor Medellín y tres compañeros (Cantú, Pérez, O’Brien) de una banda conocida como Blancos y negros:

“Las violaron repetidamente durante más de una hora y se vanagloriaron de arrancarles sangre virgen (…) Después de violarlas empezaron a ahorcar a Jennifer con su propio cinturón. Cuando Medellín decía “la puta no se muere”, el cinturón con el que trataban de ahogarla, del cual jalaba un joven de cada lado, se rompió. Por eso tuvieron que ahorcarla con sus propias manos. Después saltaron encima de ella y le rompieron las costillas, querían asegurarse que estuviera muerta. Elizabeth, severamente golpeada, les suplicó que la dejaran ir. Les prometió que se dejaría violar…”. Creo que no tiene caso seguir.

¿Pena de muerte? Está casi empíricamente solventado que no resuelve el problema de la delincuencia y el crimen, que no vale lo que cuesta. Pero de mi parte, ni una lágrima por Medellín. Ni una por los miles de medellines, presos o libres.
Pero si muchas pero muchas lágrimas, mucha tristeza, indignación, enojo, por todos aquellos casos como el de alejandro martí, esos casos de los que no sabe nada en este país donde no pasa nada...

lunes, 4 de agosto de 2008

INDIGNACIÓN.

El mercado reconoció el éxito extraordinario de Sport City y las tiendas deportivas Martí. En diciembre, Alfredo Harp, otro hombre de bien que sabe de qué se trata, ya que vivió en carne propia el ser privado de su libertad al ser secuestrado ya hace algunos años, compró el consorcio en 560 millones de dólares. Alejandro (que poseía 48 por ciento de las acciones) siguió siendo el mismo cada mañana.
A mediados de junio comenzó a correr el rumor de que su hijo de 14 años había sido secuestrado. Hoy se sabe que el joven, el niño Fernando Martí (y sus dos escoltas) fueron víctimas de la banda que se disfraza de policía y monta retenes; que Alejandro pagó, que los secuestradores cobraron y mataron a Fernando. O que lo mataron y luego cobraron.

Así le ha pagado el país a Alejandro. Así de frágiles son los ciudadanos honestos que se esfuerzan y sueñan.
Y así de ineptos frente al crimen siguen siendo el Presidente de la República, el Jefe de Gobierno del DF, los procuradores, los jefes de las policías, los gobernadores, los legisladores. Que no nos vengan con que las guerras se ganan o se pierden sacrificando vidas, como la del joven, el niño Fernando Martí. Simplemente no quieren, no saben, no pueden proteger a los millones de mexicanos de bien.