lunes, 4 de agosto de 2008

INDIGNACIÓN.

El mercado reconoció el éxito extraordinario de Sport City y las tiendas deportivas Martí. En diciembre, Alfredo Harp, otro hombre de bien que sabe de qué se trata, ya que vivió en carne propia el ser privado de su libertad al ser secuestrado ya hace algunos años, compró el consorcio en 560 millones de dólares. Alejandro (que poseía 48 por ciento de las acciones) siguió siendo el mismo cada mañana.
A mediados de junio comenzó a correr el rumor de que su hijo de 14 años había sido secuestrado. Hoy se sabe que el joven, el niño Fernando Martí (y sus dos escoltas) fueron víctimas de la banda que se disfraza de policía y monta retenes; que Alejandro pagó, que los secuestradores cobraron y mataron a Fernando. O que lo mataron y luego cobraron.

Así le ha pagado el país a Alejandro. Así de frágiles son los ciudadanos honestos que se esfuerzan y sueñan.
Y así de ineptos frente al crimen siguen siendo el Presidente de la República, el Jefe de Gobierno del DF, los procuradores, los jefes de las policías, los gobernadores, los legisladores. Que no nos vengan con que las guerras se ganan o se pierden sacrificando vidas, como la del joven, el niño Fernando Martí. Simplemente no quieren, no saben, no pueden proteger a los millones de mexicanos de bien.

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